Aunque fueron el último grado en irse de campamento, la espera valió la pena. Los chicos pudieron disfrutar de dos días llenos de divertidas actividades de lo más variadas: confeccionaron máscaras, buscaron tesoros, bailaron y cantaron alrededor del fogón, jugaron al "ping-pong globo", fueron perseguidos por fantasmas de colores (líderes) y tuvieron tiempo libre. A continuación describimos en forma de miscelánea lo que se vivió en el campamento.
Dicen que una buena máscara, más que ocultar, da a conocer alguna faceta de la personalidad de quien la lleva puesta. ¿Qué les dicen a ustedes estas máscaras? ¿Y estas caras?
Verde que te quiero verde
verde viento, verde ramas
con sogas, pelotas y sol
nos divertimos con ganas.
Hace muchos, pero muchos años, un hombre desafió a los dioses del Olimpo y les robó el fuego. Pero no se lo quedó para él solo, sino que vino a compartirlo con todos los demás hombres y mujeres. Y precisamente esta noche va a venir acá. ¿Lo llamamos? ¡Prometeo, Prometeo! ¿Dónde estás que no te veo?
¡Hola! ¡Me llamo Joe! ¡Y trabajo en un ascensor! Un día... vino mi jefe... y me dijo: "¿Estás ocupado Joe?" Y le dije: "¡No!" "Entonces... apretá este botón... con tu... pie / cabeza / cola / todo el cuerpo"
Un globo: dos pesos. Una bandeja de cartón: un peso. Un palito de helado: cincuenta centavos. Divertirnos a lo loco con el ping pong casero: no tiene precio.
Este es el rap,
el rap de los piratas,
que se van de campamento
sin hacer mucha alharaca.
Me contaron las chicas
que había un gran tesoro
con muchas cosas ricas
y monedas de oro.
Ahora yo me siento
y me pongo a pensarlo:
en este campamento...
¿podremos encontrarlo?
Yo tengo una duda:
¿alguno vio a mi loro?
Si ustedes hoy me ayudan...
¡comparto mi tesoro!
Aunque muchos tengamos
una pata de palo,
en la cancha jugamos
los buenos y los malos.
Para armar un gran barco,
madera precisamos.
Por eso me pregunto:
¿de dónde la sacamos?