Cada sala tuvo su propio festejo, en el que los chicos y chicas recorrieron el SUM, iluminándolo con sus faroles y cantando las canciones que habían aprendido.
Hubo sorpresas y mucha alegría de todos los niños y niñas, que aprendieron mucho sobre esta tradicional fiesta alemana.
Los faroles luego fueron a las casas para seguir iluminando el lugar que cada uno y cada una eligiese...